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martes, 11 de diciembre de 2012

Escobar un nuevo juicio para Luis Abelardo Patti- Elevaron a juicio oral una causa contra Luis Patti por delitos de lesa humanidad


Lo dispuso el juez Adrián González Charvay, a cargo del Juzgado Federal de Campana. Se investiga el secuestro y asesinato del periodista Ricardo Giménez, cometido en enero de 1976, cuyo cuerpo fue encontrado en 2008 en el cementerio de Moreno


El juez Adrián González Charvay, a cargo del Juzgado Federal de Campana, decretó la elevación a juicio oral de la causa en la que se acusa al excomisario Luis Abelardo Patti por el secuestro y asesinato del periodista Ricardo Gabriel Giménez.
Según lo informado desde el juzgado, la víctima era periodista del diario “El Actual” y compañero de militancia de Gastón Goncalves, por cuya desaparición y muerte Patti fue condenado a prisión perpetua en abril de 2011.
Patti  había sido procesado con prisión preventiva por los delitos de amenazas reiteradas; allanamiento ilegal reiterado –dos hechos-; privación ilegítima de la libertad reiterada –tres hechos- cometida por abuso funcional agravada por el empleo de violencias y amenazas; robo agravado por el empleo de armas y en banda; imposición de tormentos agravado por ser la víctima un perseguido político y homicidio doblemente agravado por haber sido cometido con alevosía y con el concurso premeditado de dos o más personas, indica la resolución.
Asimsimo, agregaron desde el tribunal, la investigación judicial estableció que ya a fines de 1975 comenzó la persecución y hostigamiento de integrantes de la Juventud Peronista de Escobar y del staff de un periódico local que denunciaba abiertamente los atropellos y represión policial en los conflictos sociales.
Según se indicó, un grupo integrado por Patti intentó secuestrar a Giménez en un allanamiento ilegal a la casa de sus tíos en diciembre de 1975, pero no lo encontraron. Días después, a principios de enero, lo secuestraron en la casa de sus abuelos en la localidad de Loma Verde, partido de Escobar.
Desde entonces, añadieron, estuvo desaparecido durante 32 años. Recién el 21 de febrero de 2008 la Justicia estableció que un cuerpo encontrado en un basural del partido de Moreno el 30 de enero de 1976 correspondía a Giménez. El cuerpo, aún identificado dactilarmente, había sido enterrado como “NN masculino” en el cementerio municipal de Moreno.
Este ataque fue el primero de una serie de secuestros y desapariciones cometidos en la zona donde Patti operó a órdenes del Ejército, agregaron.
La investigación judicial dirigida por González Charvay estableció que los hechos atribuidos a Patti como integrante de la Comisaría de Escobar –a su vez subordinada al Comando de Institutos Militares–, se enmarcan en la actividad de “grupos operativos de represión clandestina e ilegal implementados por sectores de las fuerzas armadas y de seguridad que ya por entonces, de cara al asalto al orden constitucional que consumarían el 24 de marzo de 1976, iniciaban las acciones para implementar lo que luego se conocería como ‘el plan sistemático de represión ilegal’ contra los opositores al proyecto político y económico que implementaran al desplazar a las autoridades constitucionales”, concluyeron.
El debate oral y público será celebrado por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nro. 3 de San Martín.
http://www.cij.gov.ar/nota-10455-Elevaron-a-juicio-oral-una-causa-contra-Luis-Patti-por-delitos-de-lesa-humanidad.html

lunes, 10 de diciembre de 2012

Confirman las condenas a prisión perpetua para Patti y Bignone La Cámara Federal de Casación Penal confirmó las condenas para el ex intendente y el ex dictador Bignone, por el secuestro y asesinato del ex diputado justicialista Diego Muñiz Barreto y del militante Gastón Goncalvez.


Confirman las condenas a prisión perpetua para Patti y Bignone

La Cámara Federal de Casación Penal confirmó las condenas a prisión perpetua para el ex intendente y el ex dictador Bignone, por el secuestro y asesinato del ex diputado justicialista Diego Muñiz Barreto y del militante Gastón Goncalvez.


    La sala II del máximo tribunal penal del país confirmó las condenas dictadas el 14 de abril del año pasado por el Tribunal Oral Federal 1 de San Martín, que dio perpetua a Patti y Bignone y al ex agente de inteligencia del Ejército Martín Rodríguez, y seis años al ex comisario de Escobar Juan Fernando Meneghini, informaron fuentes judiciales.


    Con la decisión del máximo tribunal penal del país quedó firme la primera condena recibida en su vida por Patti, dos veces intendente de Escobar, diputado electo impedido de asumir su banca por las denuncias en su contra y ex subcomisario de la Policía Bonaerense.
    Patti fue encontrado culpable como "partícipe primario" de la privación ilegal de la libertad y asesinato del militante de la JP Gastón Goncalvez, y del secuestro ilegal del ex diputado nacional Diego Muñiz Barreto, quien murió en un simulacro de accidente en Entre Rios tras haber estado en el centro clandestino de detención de Campo de Mayo.
    Patti fue condenado por el secuestro de militantes de la juventud peronista en Escobar, entre ellos de Gastón Goncalvez, por cuyo asesinato fue encontrado partícipe primario; por la privación ilegal de la libertad del ex diputado Muñiz Barreto y su secretario Juan José Fernández,  y también por el secuestro y desaparición de jóvenes estudiantes de la zona, todo apenas concretado el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.
    Gastón Goncalvez fue secuestrado en marzo de 1976 por el entonces subcomisario de la seccional de Escobar Patti, quien lo trasladó de manera ilegal a un camión celular estacionado en los fondos de la comisaría, donde se lo torturó.
    Días después fue fusilado de un balazo en la cabeza junto a otros tres secuestrados n un paraje conocido como "el Cazador", a la vera del río Luján, donde se encontraron los cadáveres que fueron enterrados como NN en el cementerio local.

    Los restos de Goncalvez fueron identificados 20 años después por el equipo de Antropología Forense, cuando Patti era intendente de Escobar, para luego ser electo diputado nacional, cargo que se le impidió asumir.

    En cuanto al ex diputado Muñiz Barreto, en los alegatos se consideró probado que Patti lo detuvo ilegalmente junto a su entonces secretario ya fallecido Juan Fernández, en una carnicería de Escobar el 16 de febrero de 1977.

    Muñiz Barreto tenía 43 años y tres hijos, había sido diputado nacional por el Frente Justicialista por la Liberación Nacional entre 1973 y 74, cuando renunció junto a otros siete diputados.

    "Los obligó a ir a la dependencia policial utilizando el automóvil marca Fial 128" que usaba Muñiz Barreto, que quedó semanas en la puerta de la comisaría donde ambos estuvieron secuestrados hasta ser llevados primero a Tigre y de allí al centro clandestino de detención que funcionaba en Campo de Mayo, donde se resolvió asesinarlos", se recordó en los alegatos del juicio.
    Patti fue condenado además por la desaparición de otros dos jóvenes militantes de Escobar, cuyos restos no fueron encontrados, los hermanos Luis y Guillermo D Amico.
    El luego dos veces intendente de Escobar, frustrado diputado nacional y fundador del PAUFE, actuó como oficial subinspector de Escobar desde el 4 de enero de 1972 y hasta el 7 de marzo de 1977, período en el cual se cometieron los delitos por los que fue juzgado y condenado.

      UN DOCUMENTO DE LA POLICIA RIOJANA DEMUESTRA EL ESPIONAJE A LOS SACERDOTES DE LA PROVINCIA DURANTE EL TERRORISMO DE ESTADO



      La Diócesis perseguida

      El informe de Inteligencia sirvió como prueba en el juicio que terminó el viernes en La Rioja sobre el asesinato de los curas Carlos Murias y Gabriel Longueville. El plan de “persecución sistemática” a los integrantes de la pastoral de Enrique Angelelli, asesinado poco tiempo después de los curas.
       Por Alejandra Dandan
      A la luz de este mapa, la provincia de La Rioja parece otra. Los treinta nombres de sacerdotes localizados con flechas y señales en cada una de sus comunidades son producto de las actividades del espionaje ilegal del departamento de Inteligencia de la policía de La Rioja durante la dictadura. Entre los nombres no están ni el obispo Enrique Angelelli ni los dos sacerdotes asesinados en Chamical, Carlos Murias y el francés Gabriel Longueville, sobre cuyos crímenes se hizo justicia el viernes. El mapa y las referencias se hicieron después de sus asesinatos, el 1º noviembre de 1977. Los espías llamaron al informe “Sacerdotes Tercermundistas existentes en La Rioja” y en el juicio oral que acaba de concluir se tomó como una de las pruebas que puso en evidencia que los crímenes de los dos mártires de Chamical deben leerse en el contexto de lo que singularizó a la represión en la provincia de La Rioja y que este mapa revela como una poderosa fotografía: que existió un plan de “persecución sistemática” a los integrantes de la pastoral del obispo Enrique Angelelli, asesinado poco después de los curas.
      “Nos interesa analizar las particularidades que ese plan represivo tuvo en esta provincia, que fue un objetivo bien claro y preciso”, dijo el fiscal Carlos Gonella en su alegato. “Eliminar la pastoral social de Enrique Angelelli bajo el pretexto de que la Iglesia riojana estaba infiltrada por el comunismo.” En estos términos se pronunciaron los testigos. Teresita Luna recordó, por ejemplo, que tomó distancia de la hija del ahora condenado a perpetua jefe de la base aérea de Chamical, Luis Fernando Estrella, cuando empezó a decirle que la Iglesia riojana estaba infiltrada por el comunismo. “A monseñor Angelelli y a casi todos los curas de su diócesis, incluidos por supuesto Murias y Longueville, se les reprochaban vínculos con la subversión por haber hecho de su profesión de fe una praxis a favor de los pobres”, dijo el fiscal.
      Los documentos
      El mapa y sus referencias tienen un código de lectura propio. Muestran como un negativo lo que urdían desde algún sótano aquellos que luego actuaban en la superficie. Los papeles estuvieron en manos de la policía provincial hasta 2004, luego pasaron al Ministerio Público Fiscal de La Rioja, supuestamente para las investigaciones que estaban en trámite.
      El primer dato que se desprende de los documentos es que el interés por los curas cercanos a Angelelli continuó después del asesinato del obispo. Es interesante observar, en ese contexto, el tipo de caracterización que hicieron del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM): aparece retratado como un “enemigo” político en un escenario en el que la Iglesia riojana y lo que sucedía allí aparece construido como “cuestión de Estado”: el Movimiento de los curas “rojos” es retratado como una herramienta más del comunismo y de la irradiación del marxismo que asolaba en todas partes, con agentes “infiltrados” en “el catolicismo riojano”.
      En esa línea, donde se mezclan los intereses del Estado y del “catolicismo riojano”, pueden leerse algunos fragmentos:
      - (25) Arturo Pinto, “párroco” en San Blas: “Hombre de confianza del ex obispo Angelelli, a quien acompañaba cuando el accidente mortal de éste y el principal autor de las versiones solapadas que quieren presentar el hecho como un atentado. Jugó un papel importante en la infiltración del clero riojano y la concientización de la juventud...”.
      - (08) Martín Horacio Gómez, de Matadero: “Concientizado en Europa (...) Tercermundista convencido, fue uno de los tres primeros afiliados riojanos al MSTM. Bajo Angelelli tuvo inicialmente activa participación en el proceso de infiltración del catolicismo riojano...”
      Los documentos rastrean con la lógica de los espías, vida privada y pública de los curas, moral y buenas costumbres. Pero sobre todo hablan de ellos como “infiltrados”: “infiltrados” en “colegios” o en el “movimiento obrero”.
      Esta línea puede hacer pensar otro eje de los documentos, sobre el “problema” más importante que tenía la represión en esa zona: una vez asesinado el obispo, el “problema” continuaba porque no se trataba sólo del obispo, sino del compromiso de la diócesis. Así, se afirma en el papel:
      - (01) Julio Guzmán, vicario general: “Catequizado por Arturo Paoli y luego de que se le efectuó un verdadero ‘lavado de cerebro’ en Córdoba, con el pretexto de un tratamiento psiquiátrico adhirió al M.S.T.M. en tiempos del obispo Angelelli”.
      - (02) Fabriciano Sigampa, secretario canciller: “Fue activista en Aimogasta, donde estaba vinculado al Movimiento Severo Chumbita, primero peronista luego peronista ‘auténtico’ y finalmente montonero”.
      - (28) Juan Aurelio Ortiz, Aimogasta: “(Es) de los tres primeros adherentes riojanos al MSTM. Elocuente, activo e inescrupuloso, especialista en trabajar con la juventud y más tarde asesor del Movimiento Laico de Apoyo a la Iglesia riojana y el Movimiento de Apoyo a Codetral. Fue el encargado de seleccionar las obras que integran el cancionero ‘Vida y Canción’, que incluye muchas canciones subversivas (...) Es uno de los elementos más peligrosos del clero secular y uno de los mejores conocedores de la acción subversiva del ex obispo Angelelli”.
      - (15) Antonio Puigjané, de Chepes: “Otro de los agitadores tercermundistas (...) casettes con música de protesta grabada (‘A desalambrar’, ‘Seta bala’, ‘Camilo Torres’, etc.)”.
      - (2/) Hilario Correas, de Guandacol. “Promotor de cooperativas de fachada que encubrían ... subversivos. Hizo pública mofa de María Santísima prestando las sagradas vestiduras para la confección de disfraces en un carnaval”.
      Otro de los datos que figura con insistencia en los informes es el enfrentamiento (real) entre los curas de la pastoral del obispo Angelelli y los movimientos de la derecha católica en donde se articulaban a la vez sectores del poder económico y medios gráficos, como el diario El Sol de esa época.
      Lo que ocurrió con los documentos muestra por qué costó tantos años llegar al primer juicio real de lesa humanidad en la provincia, el que terminó el viernes: el mapa y las referencias llegaron a manos de fiscales del juicio y las querellas unos pocos días antes del comienzo del juicio. Hasta ese momento, ni ellos ni el juez de instrucción que tenía la causa sabían que los papeles existían. Según una fuente de la investigación, estaban guardados en el despacho del fiscal general Horacio Salman, quien debió ser reemplazado en este juicio por Gonella porque él se excusó por su relación con el abogado defensor de Domingo Benito Vera, uno de los acusados.

      sábado, 1 de diciembre de 2012

      Un cementerio de la Dictadura- Dia32-Escobar-




      Fotos del predio de la Quema de Savio, Inspección ocular

       Jueza

       
      Vista del Predio de la Quema de Savio

      Link

      La justicia busca en Escobar 

      el mayor cementerio clandestino del país



      Agradecemos las fotos a la Sra Gabriela

      Reportaje a Horacio Gerez, CMDH Escobar, Inspeccion terrenos de la Quema. Maquinista Savio

      La justicia busca en Escobar el mayor cementerio clandestino del país

      19.11.2012 | Tiempo Argentino accedió a la causa que investiga la metodología de la dictadura para enterrar allí cientos de cadáveres de desaparecidos

       Es un predio de diez hectáreas, en Maquinista Savio. Los testimonios de los testigos coinciden en señalar que durante la noche se descargaban cuerpos desde camiones militares y que a la mañana siguiente se emparejaba el terreno. 

       
       La jueza federal de San Martín, Alicia Vence, encabezó una delegación que realizó una "inspección ocular" en terrenos de la localidad de Maquinista Savio, partido de Escobar, donde podría encontrarse el mayor cementerio clandestino del país. Además de la magistrada, en el recorrido participaron secretarios y asistentes del Juzgado Nº 2 a su cargo; efectivos de Policía Federal; funcionarios municipales; tres profesionales del Equipo Argentino de Antropología Forense; testigos que manifestaron en sede judicial haber visto cómo la dictadura militar habría enterrado allí cientos de cuerpos de personas desaparecidas entre 1976 y 1977; y el doctor  Eduardo Ramallo, delegado en la zona norte del Conurbano Bonaerense de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), y motor incansable de la investigación desde hace varios años. Ahora, la APDH se sumará a la causa como querellante, según adelantó a Tiempo Argentino.
      La acción de Vence recién trasciende en medios periodísticos con la publicación de esta nota, acompañada con imágenes del recorrido que ella y sus colaboradores hicieron por el lugar. Y podría determinar un nuevo y último impulso para el seguimiento que Ramallo inició a fines de 2005, cuando, basándose en el testimonio de un ex trabajador de la zona ya fallecido, presentó la primera denuncia con detalles tan certeros como tenebrosos de la manera en que los militares, ayudados por civiles, habrían arrojado cientos de cadáveres en fosas de varios metros de profundidad.
      En las últimas semanas, a aquella declaración inicial de Guillermo Catalino Romero, un ex trabajador municipal de Escobar que presenció las inhumaciones ilegales, se sumaron otras, como la de Alberto Octavio Vicenti, detallada ahora por este diario. Pero a pesar de los datos también aportados por otros familiares de militantes y vecinos secuestrados en aquella época, el expediente se estancó. Quedó diluido, incluso, dentro de la megacausa "Riveros, Santiago Omar y otros s/ Privación Ilegal de la Libertad y Tormentos", donde el caso fue mencionado, pero pasado por alto por la justicia. 
      Desde la advertencia de Romero en diciembre de 2005, Alberto Suárez Araujo y Juan Manuel Yalj, antecesores de Vence en el fuero de San Martín, no avanzaron mucho en el tema. Y tampoco los fiscales, que ni siquiera amagaron con intervenir de oficio. Pero la visita de la magistrada al lugar, realizada el pasado 4 de octubre a las 11 de la mañana, determinó varias medidas importantes. Entre ellas la preservación del predio (delegada en agentes comunales de Escobar, contra lo solicitado por la querella, que prefiere a fuerzas federales como la Gendarmería para esa tarea), y un cronograma de acciones que intentarán probar lo que muchos sospechan.
      Sin embargo, el mayor aporte de ese día surgió por casualidad, cuando Horacio Jeréz, que integraba la delegación como asesor legislativo en Derechos Humanos y Garantías del diputado nacional Jorge Rivas, caminaba por la zona. Uno de los habitantes de casas precarias que ocupan parte del predio, alertado por el movimiento de autos particulares y camionetas policiales, se acercó al grupo, temeroso: "¿Vienen a desalojarnos?", le preguntó a Jeréz. "No se preocupe –fue la respuesta–, estamos por un tema referido a personas que estarían enterradas en este lugar." Tras lo cual, el hombre recordó: "Sí, es verdad, acá existen un montón de huesos de seres humanos. Porque yo, cuando estaba haciendo el pozo ciego, me encontré a unos seis metros de profundidad con un montón de huesos de personas."
      Ese dato clave, según confirmó a Tiempo Argentino el doctor Ramallo, fue incorporado a la causa ahí mismo por Vence que, debido a la importancia de la declaración, prefirió no esperar a que ese vecino se presentara en los tribunales de San Martín.
       
      "A LA NOCHE TRAÍAN CUERPOS DE PERSONAS". Eduardo Guillermo Ramallo es abogado laboralista, y actualmente representa a Celia Josefina Buciga, madre de un desaparecido y querellante actual en la causa. Siempre vivió y trabajó en Escobar, y su interés en vincularse a casos de lesa humanidad lo llevaron a convertirse en delegado de la APDH en la zona norte del Conurbano Bonaerense. Desde el retorno de la democracia había escuchado rumores sobre la existencia de fosas clandestinas en Maquinista Savio (ver entrevista aparte), pero recién en 2005 pudo formalizar la denuncia, cuando representó a alguien que se animó a testimoniar ante la justicia. 
      El que habló fue Romero, ex empleado municipal de Escobar en la delegación Savio durante los años '70, encargado de recolectar basura y limpiar calles. Como parte de sus tareas, era normal que conociera "La Quema", según la llamaban en aquel momento. El terreno, ubicado en un triángulo de diez hectáreas conocido como "Campo Pestarino", en alusión a José Pestarino, su dueño original, funcionaba como enorme depósito de residuos de los partidos de Escobar y Pilar. 
      La declaración de 2005 del entonces recolector, incluida en el expediente judicial, es reveladora: "Señala que existe un predio donde se tiraba la basura, que en la época de la dictadura militar argentina estaba dividido en dos. Por un lado, donde se tiraba la basura que era recolectada por los empleados de la Municipalidad, y por el otro lado donde arrojaba los residuos el personal militar." Y aclara que "en un primer momento el campo tenía un solo ingreso, pero una vez que los militares asumieron el gobierno en 1976 se construyó un camino paralelo a las vías del tren (ramal que sale de Victoria del ferrocarril Mitre) y por donde sólo transitaba el personal del Ejército."
      Romero, fallecido en 2009, afirmó en la causa que "los militares trabajaban durante el día con las excavaciones en ese sector, y luego por la noche hacían la descarga de basura  y otros traían cuerpos de personas"; que "siempre había personal del Ejército uniformado y fuertemente armado que custodiaba el lugar"; y que esa custodia prohibía que los empleados se acercaran a menos de 100 metros después de las ocho de la noche.
      "Refiere que como le llamaba la atención la actividad militar en el lugar –se agrega en autos– , y además le había llegado el rumor de que en los camiones había personas muertas y a su vez los camiones tenían un olor particular, es que el dicente, junto con un compañero de nombre Juan Fernández, decidieron ver qué era lo que ocurría", y escondido vio "los cuerpos de las personas que eran arrojados de los camiones hacia los pozos. Agrega que esa imagen no pudo borrarla nunca de su cabeza".
       
      DONDE LUIS PATTI PISABA FUERTE. Cuando en los años '90 el torturador y diputado frustrado Luis Patti asumió su primera intendencia en Escobar, los cuerpos de militantes desaparecidos que él y sus camaradas habían escondido en el distrito durante la dictadura también empezaron a hablar. 
      Claudia Achu, auxiliar de enfermería y encargada del Cementerio Municipal, buscaba habilitar nuevas parcelas para trabajos de inhumación, cuando sorpresivamente, detrás de un mueble, encontró un cuaderno que contenía nombres y sepulturas no coincidentes con los datos volcados en los libros oficiales.
      Achu no sólo no se calló, sino que además enfrentó al intendente secuestrador, y le pidió que hiciera público el tema, en una mezcla de inocencia y profundo sentido ético de justicia. 
      La denuncia que el 21 de septiembre de 2006 presentó Omar Abosaleh –entonces marido de Achu–, caratulada "Abosaleh Omar s/Denuncia Inhumaciones Clandestinas Escobar", explica que el hallazgo "se comprobó accidentalmente al excavar para hacer un nuevo enterramiento", porque "debajo existían inhumaciones clandestinas". La investigación ayudó a encontrar un centenar de cuerpos NN, uno de ellos correspondiente a Gastón Gonçalves, militante montonero secuestrado el 24 de marzo de 1976 y detenido ilegalmente en la comisaría de Escobar, donde Patti reportaba. Y determinó que el ex comisario fuera condenado a cadena perpetua el año pasado.
      La trascendencia del caso motivó que varios vecinos de la zona norte del Conurbano Bonaerense le contaran a Achu y a su esposo la existencia de otros cementerios clandestinos en el lugar. "Uno ubicado en la calle Víctor Casterán de la localidad Maquinista Francisco Savio –continúa diciendo la causa Abosaleh–, entre 500 y 1000 metros de la Ruta Nro. 26, y el otro sobre un basural ubicado en las vías de Maquinista Savio y el Arroyo Escobar –Ruiseñor y Arroyo Escobar–, al que llegaban innumerable cantidad de cadáveres en camiones militares."
      "Este basural –describe el texto– pertenecía al Municipio y luego se particionó, y una cuotaparte del terreno pasó a ser manejada por autoridades militares, gozando de custodia policial." El escrito afirma que este agrupamiento de fosas, el mismo que ahora está siendo investigado por la Dra. Vence, "se vincula a los traslados efectuados desde el centro clandestino cito en Campo de mayo".
       
      LA DECLARACIÓN DE VICENTI. A pesar de que el anterior juez de San Martín, Suárez Araujo, había elevado en 2008 un oficio a Gendarmería Nacional donde se expresaba que en el "predio denunciado se encontrarían inhumaciones clandestinas por parte de las Fuerzas Armadas y/o  de Seguridad producidas durante la última dictadura militar", la causa se congeló con la muerte de Romero un año después. Pero en las últimas semanas, dio un vuelco. 
      Alberto Octavio Vicenti siempre fue trabajador gastronómico. Después del golpe de Estado había conseguido un puesto de lavacopas en un restaurante de San Isidro, y de lunes a sábado, pasada la medianoche, tomaba en Victoria el tren del ramal Mitre para volver a su casa, cerca de la estación Matheu. Durante por lo menos dos años, entre 1976 y comienzos de 1978, a razón de tres veces por semana, vio la misma escena: su tren saliendo de Savio en dirección a Matheu, que aminoraba la marcha seguramente por la curiosidad que tenía el maquinista en esa luminosidad en medio de la noche, provocada por los focos de camiones militares y autos sin chapa. Los faros alumbraban canales gigantescos excavados en medio del campo, y en las fosas, los genocidas tiraban bultos. A Octavio nunca se le fue esa imagen de la cabeza. La del "camino de luces" que acaba de describir ante la justicia 36 años después. Cuando por fin se animó.
      La declaración testimonial de Vicenti a la que Tiempo Argentino accedió es del pasado 7 de septiembre. Y al igual que aquella de Romero, es tan contundente como tenebrosa. "Quiere manifestar que cuando pasaba el tren entre las estaciones de Matheu y Savio, más cerca de la última estación mencionada, para ser más exacto aproximadamente a 14 cuadras de la estación de Savio en dirección a Matheu… le fue dable observar en el interior del predio un camino de tierra iluminado a la orilla de la vía, en el cual se observaban dos o tres camiones del Ejército 'de los chicos' con lona verde en su parte posterior, y además acompañado de otros tantos automóviles que debido a la oscuridad no podía observar de qué color eran, pero 'eran coches grandes', posiblemente Ford Falcon. Que era público y notorio que se observaba que de los camiones se descargaban bultos de tamaños grandes..., que ello era lo que el declarante y sus compañeros podían observar…, siendo que ello se producía aproximadamente a diez metros de las vías del tren."
      El escrito detalla que "como el personal del Ejército hacía un 'camino de luces' debido a que el predio era todo campo, careciendo totalmente de iluminación artificial, porque era un basural en el campo, es que, si bien era de noche, se podía observar lo que el declarante manifiesta que 'eran colimbas' (sic), y que por ese motivo también podía observar que los camiones eran verdes, color típico del Ejército."
      Vicenti explicó que "la gente del Ejército estaba en constante movimiento descargando bultos y moviéndose de un lugar para otro", y que al día siguiente, al regresar al trabajo en el tren con sentido contrario, "se podía observar en forma más nítida que en la misma zona donde la noche anterior se descargaban los bultos" había "una pala mecánica aparentemente municipal, bastante deteriorada, que estaba en pleno trabajo de emparejamiento del terreno" en donde la noche anterior "había descargado los bultos el Ejército". 
      En sede judicial quedó asentado, según la palabra de este testigo, que eso ocurría “dos o tres oportunidades por semana”. Y la causa agrega: "Estas escenas que antes describió las observó desde el año 1976, en forma consecutiva y por el término de 'dos años y pico' (sic)."  «
       
      Estudiantes con memoria
       
      Gabriela Carballo Díaz  
      y Guillermo Winkhaus (*)
       
       
      En 2010 trabajamos en el programa Jóvenes y Memoria, de la Comisión Provincial por la Memoria, con la Escuela Secundaria Nº 9, de la localidad de Maquinista Savio, Escobar. El proyecto impulsa la investigación de historias locales referidas a los Derechos Humanos pasados y presentes de las localidades bonaerenses, a través del trabajo de los alumnos. 
      Es así que junto a ellos fuimos "abriendo el juego" en la difícil comunidad de Savio. Entre muchos silencios y algunos testimonios, conseguimos establecer el objeto de la investigación: el predio donde había funcionado una quema de basura, fuente de supervivencia de muchas familias que, con el cirujeo, procuraban su medio de vida.
      Luego se fueron agregando dos importantes líneas de investigación relacionadas con La Quema. Por un lado, la tragedia de las familias Boca-Arévalo, muchos de cuyos integrantes fueron asesinados o secuestrados-desaparecidos antes y después del golpe de Estado de 1976. La tarea nos permitió registrar el testimonio de María Boca, hija, hermana y esposa de desaparecidos.
      La otra línea importante relacionada con el lugar y su historia empezó a partir de recibir testimonios de en qué se había convertido La Quema después del golpe: tal vez la fosa de enterramientos clandestinos más grande del país.
      Desde entonces, nos manejamos en contacto con el abogado patrocinante de esta denuncia, el doctor Eduardo Ramallo, quien había trabajado incansablemente desde el año 2005 cuando elevó la denuncia de Guillermo Romero, testigo ocular del accionar de camiones del Ejército que "descargaban" cadáveres en fosas previamente excavadas en el lugar.
      Nuestra investigación fue tomada en cuenta por algunos medios periodísticos locales, pero la judicial no avanzaba pese a los esfuerzos de Ramallo. En 2009, muere Romero y el doctor consigue en el 2011 una nueva querellante. 
      En 2012, con el cambio de juez, esta causa parece haber tomado un nuevo impulso. A las convocatorias a dar testimonios se agregó la inspección ocular del lugar por parte de la jueza y el Equipo de Antropología Forense.
      En esa instancia estamos. 
      Por la Memoria, la Verdad y la Justicia.
       
       
      (*) Docentes de la Escuela de 
      Educación Secundaria Nº 9 
      de Maquinista Savio, Escobar.
       

      martes, 20 de noviembre de 2012

      La justicia busca en Escobar el mayor cementerio clandestino del país: "podría ser algo inédito en la historia de la represión", afirmó Eduardo Ramallo, especialista de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH)





      "Podría ser algo Inédito en la Historia de la Represión"

       Especialista de la APDH, ayudó a declarar a un testigo clave para la investigación. Representante de la APDH en el norte del Conurbano Bonaerense, Eduardo Ramallo vivió y trabajó en Escobar durante toda su vida como abogado laboralista. "Rumores sobre fosas clandestinas siempre había escuchado –explicó a Tiempo Argentino–, pero nunca pude hacer nada hasta cruzarme con testigos presenciales. 

      Por:
      Tiempo Argentino
      Esa fue la puerta de entrada." Para Ramallo, el hallazgo "podría ser algo inédito en la historia de la represión".
      –¿Fue el momento en que conoció a Guillermo Romero?
      –En realidad, primero lo conocí al hermano, que vino a consultarme por el caso de un accidente laboral. Un día saltó el tema, y me dijo que Guillermo había visto la manera en que los militares llevaban los cuerpos. Romero no se animaba a declarar, hasta que lo convencí para presentar la denuncia en un juzgado federal. 
      –¿Qué fue lo que le contó?
      –Que siempre veía movimientos, camiones, muchos autos, máquinas que hacían pozos profundos, y que en esos pozos descargaban bultos. El tema le intrigaba, hasta que una vez se asomó al arroyo y presenció todo. Se trataba de un campo privado pero abandonado, que se ve desde las vías del tren. Era lo que llamaban "La Quema". En una parte, varios municipios de la región descargaban basura, y la otra estaba reservada para los militares. Nuestra denuncia contiene un mapa muy claro del predio. Está señalado como "Campo Pestarino". A Romero le intrigaba mucho por qué, en la época de la dictadura, el lugar era completamente cercado de noche, y a ningún recolector como él le permitían entrar.
      –Su muerte pareció estancar la causa. Pero, sin embargo, en las últimas semanas la investigación parece haber dado un vuelco positivo. ¿Qué pasó?
      –Varias cosas. Hace dos meses conocí a Octavio Vicente, un testigo que apareció ahora y también vio aquellas inhumaciones clandestinas. Me lo presentaron Gabriela Carballo Díaz y su esposo Guillermo. Gabriela es docente en la Escuela Secundaria Nº 9 de Maquinista Savio, que realizó una excelente investigación como parte del proyecto Jóvenes y Memoria, de la Comisión Provincial por la Memoria que tiene sede en La Plata. Octavio vivía en Matheu, la estación vecina a Savio, y cada vez que el tren volvía a su casa, después de la medianoche, advertía los movimientos. Él habla de un "camino de luces", descripción que me parece extraordinaria. Se refiere a la iluminación que los camiones militares y los autos sin identificación hacían en el terreno, para descargar los bultos en las fosas. Cuenta que hasta el motorman, curioso, aminoraba la velocidad para asomarse por la ventanilla. Al otro día, bien temprano a la mañana y con plena claridad, desde el tren que se dirigía a la Capital notaban que las excavaciones ya habían sido cubiertas, y el terreno, emparejado.
      –¿Qué características tenían los pozos, según esos testimonios? 
      –Superaban los cinco metros en profundidad. Por supuesto, no eran fosas individuales sino colectivas. Un supermercado para el abastecimiento del horror, como yo lo llamo. Los huecos tenían casi 100 metros de largo por cuatro metros de ancho. Este nuevo testimonio de Vicente es muy importante, y a eso hay que agregar otro surgido por casualidad el día de la inspección ocular al terreno, cuando un vecino confirmó que vio restos humanos mientras hacía una perforación para tirar desechos sanitarios. Hay buena predisposición de la jueza para investigar, pero faltan algunas cosas, porque el paso del tiempo es terrible y nos está destruyendo las pruebas. Yo mismo acerqué a la justicia el caso de Mojón de Hierro, en Formosa, donde con la ayuda de un georadar se implementó la búsqueda de restos humanos enterrados, de la época de la represión ilegal. Aquí debería tomarse la misma medida. Y también se debería proteger el lugar con fuerzas federales del Estado Nacional, y no con efectivos municipales, como ocurre en estos momentos.
      –¿Cómo describiría el tema, de comprobarse lo que esos testigos dicen que vieron?
      –Como algo extraordinario, quizás de características inéditas en la Argentina. Me viene a la memoria lo ocurrido en las fosas de Katyn, durante la Segunda Guerra Mundial, donde fueron encontrados 5000 cuerpos de oficiales polacos. Estamos ante algo realmente trascendente, y por eso es necesaria la intervención urgente del Estado Nacional. Lo inmediato será tramitar pedidos de audiencia al ministro de Justicia, al titular de la Cámara Federal de San Martín, al presidente de la Corte Suprema y al Congreso Nacional. Porque, repito, el paso del tiempo es el enemigo más grande que tenemos. «

      domingo, 18 de noviembre de 2012

      Causa Batallon 601


      La causa que vincula a espías y periodistas en la venta de archivos del Batallón 601

      La justicia los consultó sobre la apropiación de documentación, como el interrogatorio a Rafael Perrota, luego de la dictadura.  Una testigo dijo haber visto microfilms en la casa de Yofre.


      Una trama que vincula a espías, periodistas y la apropiación de los archivos de inteligencia de la última dictadura surgió como telón de fondo del juicio oral que se sigue contra el capitán retirado Héctor Pedro Vergez por delitos de lesa humanidad y que ingresará en la etapa de alegatos. 
      Allí se investigó al ex agente del Batallón 601 por secuestros y tormentos y las pruebas centrales en su contra son justamente las copia de los interrogatorios a sus víctimas, una pequeña muestra de la burocracia represiva que se volvió en contra de sus autores. Los documentos terminaron en la justicia luego de que, ya en democracia, intentaran ser vendidos a la prensa en una gestión en la que aparece involucrado el ex jefe de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), Juan Bautista Yofre.
      Se trata de un hecho ocurrido en los últimos años del gobierno de Carlos Menem, cuando el periodista Fabián Doman recibió copias del interrogatorio bajo tortura a Rafael Perrota, dueño del Cronista Comercial, y al empresario Julio Gallego Soto, ambos desaparecidos. Los archivos, que ahora integran la prueba en el juicio oral, formaban parte del Caso Redondo, nombre que Vergez le dio a la operación por la que fue secuestrado Javier Coccoz, responsable de inteligencia del ERP, y sus informantes: Perrota, Gallego Soto y Juan Carlos Casariego de Bel, quien era funcionario del Ministerio de Economía.
      Al declarar como testigo ante el Tribunal Oral Federal 5, Doman recordó que una persona que nunca le dijo su nombre lo citó en un bar y le ofreció venderle documentos del Batallón 601: "Me dijo, hablando siempre en plural, que tenía en su poder archivos de la dictadura", recordó en su testimonio. Como "muestra" de ese archivo que se encontraba a la venta recibió el interrogatorio a Perrota y a Gallego Soto, pero le aclararon que había más y le mostraron un índice que inventariaba la documentación: "Me dijo que todos los microfilms eran 44 mil páginas, pero nunca me quedó claro cuán grande era el archivo porque no ofrecí plata”, relató.
      Algunos meses después, en julio de 1997, en el programa Fenómeno Real conducido por Mauro Viale, Doman dio a conocer el interrogatorio al dueño del Cronista Comercial. Contó ante el tribunal que entregó los documentos a la justicia y a las familias de las víctimas y que renunció al programa luego de que se mostrara una dramatización sensacionalista del secuestro de Perrota.  
      Al día siguiente, los mismo informes de inteligencia fueron publicados en el diario Clarín en una nota firmada por María Seoane en la que recordaba los 20 años del secuestro de Perrota. Doman les había acercado la información con el acuerdo de que se publicaran después de emitido el programa. 
      "Más o menos en mayo o junio, Doman, a quien conocía porque había sido vocero de María Julia Alsogaray, le acerca esos papeles a Ricardo Kirschbaum, quien era mi jefe entonces. Suponían que yo podía decodificar las preguntas que le hacían a Perrota sobre el ERP porque había escrito Todo o nada, sobre Santucho", relató la periodista durante su testimonio y agregó: "Lo que se comentaba en ese momento en el diario, yo no puedo asegurarlo, es que todo el archivo de inteligencia del 601 había sido ofrecido a la venta por medio millón de dólares, que aparentemente estaba siendo rematado por alguien que lo había apropiado. Y no sabemos por qué, yo por lo menos no lo sé, en esos momentos Fabián (Doman) había trabajado o estaba muy en contacto con el 'Tata' Yofre." 
      Se cree que uno de los orígenes de esta documentación podría haber sido Vergez, quien seguía vinculado de manera inorgánica con los servicios de inteligencia (ver recuadro). "Lo que se decía en ese momento es que Yofre seguía ligado a la SIDE y que Vergez seguía colaborando con ellos y que entre los dos habrían tenido a su cargo hacerse de documentos del Estado para distintos destinos", concluyó Seoane. 
      Lo misma situación describió Ricardo Ragendorfer al declarar sobre una entrevista que había mantenido con Vergez en 2004. Según relató el periodista, el acusado le ofreció venderle material de inteligencia. "Después de mencionar algunas personalidades del ámbito político que habían integrado el Batallón 601, como Gerardo Martínez de la UOCRA, Vergez deslizó la posibilidad de proporcionar papeles clasificados sobre el terrorismo de Estado a cambio de dinero y a continuación hizo el gesto de frotarse las yemas de los dedos", señaló. La copia de los interrogatorios a Perrota y Gallego Soto fue presentada a la justicia por el mismo Doman, lo que abrió una parte del expediente que ahora llegó a juicio. Tiempo después, un testigo de identidad reservada declaró que esos mismos documentos se encontraban en poder de Yofre, puntualmente en la baulera de su casa, y presentó como prueba un índice que en 31 páginas resumía 19 rollos de microfilms con interrogatorios que el ex SIDE tendría en su poder. 
      Aunque su domicilio fue allanado, los archivos no pudieron ser recuperados. Sin embargo, durante el juicio Doman reconoció ese índice, que pertenecía a Yofre, como uno de los documentos que vio en 1997 cuando le ofrecieron el archivo. 
      A diferencia de Seoane, el testimonio del periodista no vincula a Yofre con la venta de archivos. Señaló que recurrió a él como fuente de consulta para verificar la veracidad de la documentación antes de emitir el programa, algo que el ex jefe de la SIDE negó.
      "¿Con respecto a esta producción periodística, el señor Doman lo consultó o habló con usted de este tema?", preguntó la fiscal Gabriela Sosti, a lo que Yofre contestó: "No. Si hubiera conocido este documento que le dio Doman a Clarín, lo hubiera publicado." También le consultó cómo había conseguido la información para sus libros Fuimos todos y Nadie fue, ya que ambos utilizan datos que sólo son accesibles a través de los informes de inteligencia. "Caminando la calle, no hay un lugar. Cada persona que ha pasado por la administración pública en algún momento de la vida se lleva un retazo a su casa", fue la contestación, y agregó: "Sobre mí hay toda una leyenda, creen que tengo grandes archivos, poderosas influencias. Soy un laburante como cualquiera."
      A pesar de lo que sostiene, por pedido del juez federal Daniel Rafecas entregó recientemente el documento del informe de inteligencia sobre la caída de la quinta La Pastoril en Moreno, donde se encontraba reunida la cúpula del ERP junto a integrantes de movimientos revolucionarios de Latinoamérica. "¿Tiene más documentación o sabe cómo conseguirla?", indagó Sosti, y Yofre, bajo juramento, respondió impreciso: "Me allanaron la casa dos veces y no me encontraron nada."
       
       
      Un represor "todo servicio"
      Héctor Pedro Vergez está siendo juzgado por el secuestro y torturas cometidas contra Javier Coccoz, responsable de inteligencia del ERP, quien se encuentra desaparecido. Luego de un mes de cautiverio, el dirigente guerrillero llegó a un acuerdo con Vergez para permitir salir del país a su mujer y su hijo, luego de que "se detuvieron a las personas que de alguna manera se encontraban al momento vinculadas a él, Julio Gallego Soto (el 4 de julio de 1977), Juan Carlos Casariego de Bel (15 de junio de 1977) y Rafael Perrota (cuyo caso no ingresó al juicio), quienes actualmente permanecen en calidad de detenidos desaparecidos", señala el texto de la elevación a juicio.
      A fines de noviembre, Vergez será sujeto de otro juicio oral cuando comience la megacausa por delitos de lesa humanidad en La Perla, centro clandestino cordobés que él lideró. 
      Sin embargo, sus andanzas en Córdoba comenzaron antes incluso del 24 de marzo de 1976. Tras el golpe policial que impulsó la destitución de Ricardo Obregón Cano, conocido como Navarrazo, Vergez era capitán en el Destacamento de Inteligencia 141 e integró el grupo parapolicial Comando Libertadores de América, que secuestró y asesinó a la familia de Mariano Pujadas, fusilado en la Masacre de Trelew, entre otros casos resonantes. 
      Dirigió en esa época el penal militar Campo La Ribera, que se transformó en la base de operaciones de la Triple A cordobesa y centro clandestino de detención, y luego estuvo a cargo de La Perla. Ingresó luego al Batallón 601, donde se hacía llamar Vargas o Gastón y se especializaba en "quebrar" detenidos. Si bien se retiró en 1979, siguió vinculado de manera inorgánica con los servicios de inteligencia hasta muchos años entrada la democracia. Así lo revela su intervención en la causa AMIA en el año 1995. 
      Vergez fue convocado por la SIDE para interrogar a Carlos Telleldín en la cárcel a partir de su vínculo con su padre, el comisario Pedro Telleldín, con quien integró el Comando Libertadores de América en Córdoba. "La habilidad de Vergez provenía –según él mismo lo expresó– de su intervención en organismos militares de inteligencia, por lo que estaba en condiciones de obtener información por parte de Telleldín", resumió el tribunal luego de su declaración testimonial en el juicio por el atentado a la AMIA. Allí, Vergez señaló que se vinculó a la causa a través del agente de la SIDE Daniel Romero, a quien describió como un amigo del entonces jefe del Servicio de Inteligencia, "Tata" Yofre. El lazo con Romero lo hizo otro ex jefe de La Perla, el condenado capitán Jorge Exequiel Acosta, quien también integró en Batallón 601. 


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      sábado, 20 de octubre de 2012

      Sara Derotier de Cobacho, ex secretaria de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, falleció a los 81 años,

      NUESTRO MAS PROFUNDO DOLOR POR LA DESAPARICION FISICA DE
      Derotier de Cobacho falleció a las 23.30 de ayer, y sus restos son velados en Avenida Argentina 1533 de la localidad bonaerense de Merlo.
      Madre de Plaza de Mayo, Cobacho es madre de dos desaparecidos por la última dictadura militar, fue senadora provincial y directora de Derechos Humanos en el municipio de Merlo.
      En el año 2007 asumió como secretaria de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, después de haber secundado a Eduardo Binstock durante varios meses.
      En 2011, el gobernador Scioli la ratificó al frente de la Secretaría, en tanto que el 10 de mayo de este año dejó su cargo y fue reemplazada por Guido Carloto

      inauguracion del Centro Cultural Gaston Gonçalves

      En el marco de la inauguración del Centro Cultural Gaston  Gonçalves, a cargo de los compañeros de Peronismo Militante de Escobar, en la tarde de ayer 19 de octubre,  losMiembros de la CMDH- Comision por la Memoria y los Derechos Humanos con Sede en Escobar agradecemos la Invitación

       CMDH-Pancartas de Compañeros Desaparecidos de Escobar
        Hijo de Gaston y nieto restituido Manuel Gonçalves
       Gaston Roberto Jose Gonçalves - Pancarta entrega al Centro Cultural
       Entrega de la CMDH- Comision por la Memoria y los 
      Derechos Humanos de Cuadro con Replica de Pancarta 
      La CMDH mostrando las primeras Pancartas de Desaparecidos de Escobar. Horacio Gerez junto a Manuel Gonçalves 

      lunes, 15 de octubre de 2012

      Guido Carlotto recibio a Luis Gerez y a Mirta Praino


      En el día de hoy el Secretario de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, Guido Carlotto recibio a Luis Gerez y a Mirta Praino.  
      Carlotto mantuvo una reunión en la Secretaria.
      Gerez secuestrado en 2006, charlaron respecto de los hechos ocurridos, del estado de la causa, su cierre, pero fundamentalmente de los hechos que ocurren al día de hoy en Escobar con los compañeros declarantes en las causas de Lesa Humanidad. 
      Charlaron de las acciones que realizan desde la Comisión por la Memoria  y los Derechos Humanos en el Distrito de Escobar, también  sobre distintas situaciones que se suceden el el distrito. 

      CMDH



      LA CONDENA LES LLEGO - MASACRE DE TRELEW

      domingo, 14 de octubre de 2012

      La Fuerza de la Verdad - Comision por la Memoria y los Derechos Humanos - Escobar

      historia se centra en Manuel Gonçalves Granada, nieto recuperado nº57,


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      Manuel Gonçalves Granada exhibiendo una  de sus padres
      Son 106 las almas despojadas de su inherente identidad que vagaron durante toda su infancia y adolescencia sin saber verdaderamente quienes eran. Aquel maldito período iniciado en el año 1976, quitó las vidas y futuras esperanzas de varios jóvenes que solo imaginaban un mundo mejor, sin ostentaciones vinculadas a un poder que cada día iba haciéndose más nocivo y violento contra la sociedad civil. Fue la misma Dictadura Militar argentina, aquel genocidio que hundió al país mediante el terrorismo del Estado, quien desató  el   de incertidumbre y desasosiego, que elaboró un  sistemático y generalizado contra la misma población del país al cual comandaba.
      hasta historia se centra en Manuel Gonçalves Granada, nieto recuperado nº57, hijo de Gaston Gonçalves y Ana María Granada nacido el 24 de Junio de 1976, pleno inicio de la Dictadura genocida. Sus padres eran militantes de Montoneros y la Juventud Peronista. Como muchos integrantes de agrupaciones políticas de aquella época, participaban en proyectos de inclusión que llevaba adelante la propia organización en barrios. Estos, tendían a fortalecer vínculos e inclusión social sobre aquellas personas vulnerables del sistema.
      Tanto Ana María como Gastón, ya habían sido secuestrados anteriormente en el año 1975, por un Cuerpo de Brigadas del Departamento , en la Provincia de Buenos Aires. Los dos, venían siendo buscados de manera constante y exhaustiva por las fuerzas represivas del Estado, militares, policías, AAA incluido.
      No fue casual entonces, que, el primer día que asume de facto el Poder Militar, el 24 de marzo de 1976, Gastón haya sido secuestrado en una redada realizada conjuntamente por policías y fuerzas militares de la zona en la localidad de Zárate, , cercando ,de ese modo, cualquier manera de poder escapar de por aquel entonces perseguido político.
      Se dirigía hacia Escobar a visitar a su hijo Gastón Gonçalves (h), de tan solo seis años de edad y a su ex pareja María Mercedes.  Aún no se sabe si iba en tren o colectivo. Lo único que se conoce, por palabras de testigos y detenidos que estuvieron junto a el, es que, fue llevado a una Comisaría del lugar en un camión celular de la Seccional. Allí operaba como Oficial Subinspector una figura de conocimiento público, sádico y temible como pocos, amparado luego por un poder político maleable que hizo la vista gorda durante mucho tiempo, permitiéndole presentarse a elecciones como Intendente del partido de Escobar, siendo reelegido dos veces. Este ser era nada más y nada menos que Luis Abelardo Patti. El es quien ordena la inmediata captura de Manuel. Cuando es atrapado se le aplican todo tipo de torturas, es quemado  y posteriormente asesinado, tirado a la deriva del Río Luján. Fue hallado el 2 de abril de ese mismo año. Según laCONADEP, sería la séptima víctima fatal, preludio de lo que vendrían en los ulteriores casos fatales. Tenía la edad de 26 años.
      Ana María Granada, por su parte, tenía 23 años y cursaba un embarazo de cinco meses cuando su pareja desapareció. El miedo, la incertidumbre y la tristeza encontraron en ella un grado de preocupación, por entender que a partir de ese momento iba a ser una exiliada, y tendría que convivir en la clandestinidad. Poco tiempo tuvo para despedirse de su suegra. El 24 de Junio nacería su hijo y ya tenía planeado ir viajando por todo el Norte de la Provincia de Buenos Aires, con la única esperanza de escapar al fin de aquella pesadilla no deseada. Es así que, termina residiendo en la ciudad Bonaerense de San Nicolás de los Arroyos. Primero lo hace en un hotel, pero, por diversas circunstancias adversas, logra irse de aquel lugar.
      Es en ese momento donde logra dar con la familia Amestoy Fetolini, oriundos de Nogoyá, ciudad ubicada en la Provincia de Entre Ríos, quienes también militaban activamente en agrupaciones políticas vinculadas a expoliar la vulnerabilidad social de las víctimas y escapaban por los exactos motivos que Ana María. La misma estaba compuesta por Omar Amestoy, Cármen Fetolini y sus dos hijos, María Eugenia de 5 años y Manuel de 3. También eran perseguidos políticos.
      Residen en una casa, de estilo americano, de un piso y con ventanas en el frente. Los Amestoy Fetolini habían ocupado primero el hogar  y posteriormente ofrecido a Granada vivir con ellos. Tal aviso pudo realizarse mediante contactos y conexiones entre integrantes de agrupaciones políticas. La idea era quedarse por muy poco tiempo, debido a que los entrecruzamientos de datos que llevaban adelante todas las facciones militares y policiales de las zonas daban con los lugares donde se encontraban aquellas personas escondidas en la clandestinidad.
      Eran las 6 de la mañana del 19 de Noviembre de 1976, cuando un operativo conjunto entre el Ejército, la Policía Federal y la Policía de la Provincia de Santa Fe irrumpe en la casa ubicada en la calle Juan B Justo 676.  Todo el barrio se levantó de repente de su cama y fue testigo de semejante hecho. Sin lugar a dudas los resabios de la época eran moneda común, nadie estaba seguro de su integridad física, y el miedo y estupor perseguía a la sociedad entera. Eran alrededor de 40 hombres de uniforme, con todos los recursos represivos que proveía el Estado. Entraron a mansalva, sin pedido de captura ni orden de allanamiento.
      Ellos sabían que dentro de esa casa se encontraban criaturas pequeñas, y aún así ,derribaron las puertas del hogar con granadas y lanzaban gases lacrimógenos para tratar de sacar de la casa a los perseguidos. Dentro del domicilio, los ruidos despertaron a quienes residían allí. Tanto Omar como Cármen, decidieron llevar a sus hijos hacia el baño para que no sean alcanzados por las balas de pistolas y ametralladoras dispersadas por las fuerzas policiales y militares. Por su parte, Ana María, cubrió a su hijo con una manta y lo escondió en un placard para protegerlo de todo tipo de ataque.
      Cuando por fin pudieron ingresar dentro de la casa, tanto los padres Amestoy Fetolini como Ana María, fueron acribillados a balazos por los mismos. Granada tenía 14 tiros en el cuerpo, Omar y Carmen descargas en el cuello. Sin embargo, los encargados de organizar y perpetrar el ataque maquillaron el acto como un “enfrentamiento”, donde las víctimas se suicidaron. Ellos esbozaron que dentro del domicilio había un revólver. Nunca pudo corroborarse. Los resultados fueron lamentables y trágicos. Manuel Amestoy Fetolini moriría asfixiado, producto de los gases lacrimógenos ingresados a través de la claraboya en el baño donde se encontraba escondido de los ataques. En tanto, en el baño, encontraron todavía con vida a María Mercedes pero con graves signos de asfixiamiento, mientras escuchaban los llorizqueos de un bebé semiasfixiado. Era Manuel Gonçalves Granada.
      Los dos niños fueron trasladados al Hospital San Felipe de San Nicolás. María Eugenia moriría camino al nosocomio producto de las graves consecuencias respiratorias que le produjeron los gases lacrimógenos. Manuel, por su parte, quedaría meses en el Hospital recuperándose de los problemas ocasionados por la ofensiva, custodiado permanentemente por un policía, mientras se resolvía su situación. Este ataque fue el segundo ocurrido en tan solo dos días en la ciudad de San Nicolás.
      Meses más tarde, se entregaron, de forma irregular, los cuerpos de los fallecidos. Los Amestoy Fetolini fueron enviados a Nogoyá a cajón cerrado. Se los derivó allí con la promesa de que no investiguen el hecho y que no realizaran autopsias ni lleven adelante diligencias procesales. Por su parte, el cuerpo de Ana María Granada fue enterrado como NN en el Cementerio de San Nicolás, en un osario para que nadie se haga cargo ni se reclame el cadáver. Más adelante, el Cuerpo Antropológico Forense lograría, luego de varias investigaciones, dar con el cuerpo de Granada.

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      Manuel Gonçalves y Ana María Granada
      se sabe que la identidad de Manuel Gonçalves Granada fue perpetrada por los genocidas. Su cuerpo entregado a un Juez de Menores de San Nicolás, que decidió elevar su situación hacia un procedimiento nefasto, corrupto y falaz. Se trató de Juan Carlos Marchetti, hoy jubilado, quien, sin llevar adelante ningún tipo de investigación o de búsqueda de sus padres biológicos, decidió, con irregularidades procedimentales en el patrocinio, y urgido por la necesidad de borra toda huella de Manuel, enviar al menor mediante contactos y amiguismos que tenía su primo a la ciudad de Quilmes. En aquella localidad encontró una familia que lo acobijó, otorgó un hogar y supo cuidar de el. El magistrado otorgó nombre y apellido falso, sin datos ni precisiones sobre sus padres biológicos y ni siquiera con una fecha de nacimiento verdadera. Fue parte del plan de sustitución de identidad cobarde que iniciaron los militares y siguió con la personería civil. A partir de ese entonces pasó a llamarse Claudio Novoa, hijo adoptivo de Luis Novoa y Elena Rodríguez.
      Su historia, no produjo en el ningún tipo de rencor ni bronca hacia sus padres. Nunca lo trataron mal, ni como un hijo no deseado. Mantiene constantemente un amor y reconocimiento hacia ellos, quienes ya han fallecido. Nunca dejaron de manifestarle que era adoptado, y permanecía asiduamente dubitativo sobre la situación que lo había llevado a ser un hijo abandonado por sus padres naturales. 
      En el año 1995, con 19 años, el por entonces Claudió, atendió a un hombre. Se hacía llamar Alejandro Incháurregui, perteneciente al Equipo Argentino de Antropología Forense. Con él venía una historia que podría resultar increíble, y a la vez inverosímil para el oyente que en ese momento prestara atención al caso. Relató, de este modo, una historia que se centraba en investigaciones, datos y descripciones de testigos del hecho. Dijo, sin más preámbulos, que el era Manuel Gonçalves Granada, hijo de Manuel Gonçalves, secuestrado y posteriormente asesinado en Escobar, y de Ana María Granada, acribillada durante la mencionada Masacre de Juan B. Justo en la ciudad de San Nicolás. Le comentó que su nombre y apellido no era Claudio Novoa, ni su familia con la cual vivía era tal.
      Alejandro, no fue a la casa con una suposición. Todos los caminos conducían a Manuel. Los testigos del ataque, las enfermeras del Hospital San Felipe donde estuvo internado durante varios días, documentos de adopción, partes de ingreso a un Hogar de Monjas formaban parte de este cuerpo de pruebas. Absolutamente todos esos datos, daban que Claudio Novoa no era tal, sino una identidad robada, un ser de esos que hasta ese día vagaban por la calle sin saber, ni conocer su biología natural.
      Por último le pidió que lo acompañara para hacerse los estudios de ADN pertinentes para finalizar todo el proceso, y le comentó que quien inició toda esta búsqueda fue su propia abuela paterna, Matilde, quien era parte de la línea fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, organización de Derechos Humanos que tiene como fin restituir la identidad de todos los hijos de secuestrados o desaparecidos durante el período comprendido entre 1976 – 1983.
      De ahí en más, la historia de Manuel dio un vuelco total. De ser un pibe de barrio, común y corriente, pasaría a formar parte de una intensa búsqueda de su identidad. Conocer, indagar aún más de su pasado. Quiénes eran sus padres, qué habían logrado hacer antes de iniciada la Dictadura, por qué habían sido lo que fueron. Preguntas que se imaginaba y rondaban por su cabeza dubitativa, hasta tanto rehacer todos los relatos que conducían hacia su propia identificación personal. De ese modo conoció a su medio hermano, a quien su padre había ido a visitar el mismo día que lo secuestraron. Curiosamente, su deudo, es el actual bajista de la banda argentina, Los Pericos. También pudo dar con su abuela, quien tanto lo buscó y pudo dialogar con amigos y compañeros de militancia de sus padres.
      Logró, a su vez, volver a la casa donde sucedió la mentada masacre. Fue en el aniversario 24 de la misma. Un 19 de noviembre se reencontró con aquel hogar de grandes pérdidas pero que lo satisface saber que su madre lo protegió, acobijó y murió por el resistiendo, como gran parte de su vida.
      1345490035245-PRE-famila-amestoy.jpg_869080375.jpgFamilia Amestoy - Fetolini
      Después de siete presidencias que practicaron el olvido y la Justicia ausente, un mandatario estatal, Néstor Kirchner, lograría dar por tierra las leyes de impunidad que impidieron encerrar a los responsables de tal genocidio. En este marco, Manuel, luego de una visita a un acto en la ciudad santafesina de Rosario, se encontró con Ana María Oberlín, abogada e hija también de padre desaparecido, quien le propuso iniciar la investigación judicial pertinente para llegar a la justicia final que el venía buscando desde hace años.
      El primer hito se dio el 14 de abril de 2011, cuando, con la ayuda del patrocinio de Oberlín y del abogado – periodista Pablo Llonto, los Jueces del Tribunal Federal nº 1 Lucila Larrandart, Horacio Segretti y Lucía Cassain, condenaron a prisión perpetua a Luis Abelardo Patti, por el secuestro y posterior homicidio del padre de Manuel, Gastón Gonçalves. En el mismo, también impusieron penas al militar retirado Martín Rodríguez, y aplicaron sanciones de prisión al comisario retirado de la policía bonaerense Juan Fernando Meneghini.
      Gonçalves Granada fue querellante en el mismo. Sin embargo, su persistencia y la búsqueda de verdad, con ansias de mirar a los ojos a los asesinos de su madre y posteriores perpetradores de su verdadera identidad, obligaron a llevar al banquillo a los responsables de la mencionada Masacre de Juan B. Justo.
      Con los datos e investigaciones que habían recogido, y con la ayuda del Fiscal Federal de San Nicolás, Juan Patricio Murray, se llevó delante de forma más exhaustiva la búsqueda de mayores referencias al ataque y los principales responsables de dicho acto. Además, contó nuevamente con el patrocinio de Ana María Oberlín con él presente como querellante.
      Las diversas declaraciones y entrecruzamiento de datos, determinaron que los encargados de llevar dicha Masacre fueron el coronel Manuel Fernando Saint Amant, responsable principal del ataque y Jefe militar de la zona, el policía Antonio Federico Bossie y el comisario general (RE) Jorge Muñoz. Los cargos van desde homicidio, a sustitución ilegítima de la identidad. Cadenas perpetua es lo que seguro les espera, sobre todo al primero.
      El Juicio comenzó el 3 de Julio en el Tribunal Oral Federal nº 2 y aún se están llevando adelante. Los alegatos de los principales acusados generan odio y asco. Indican que el ataque en realidad se trató de un enfrentamiento porque en la casa se encontró un revólver. Mencionaron, a su vez, que las víctimas se habían suicidado, cuando se comprobó que tanto Ana María Granada como Omar Amestoy y Cármen Fetolini, tenían disparos en distintas partes del cuerpo.
      Los testigos del ataque declaran lo contrario. Ellos manifiestan que en ningún momento se oyeron disparos, que todas las diligencias posteriores que realizó Saint Amant sobre la embestida son falsas. Es bastante inverosímil y muestra la verdadera crueldad y sadismo por parte de los perpetradores de dicha matanza. Aun habiéndose encontrado un revólver en la casa no se explica claramente la brutalidad y la cantidad de víctimas que concluyeron en dicha masacre.
      Aunque no han acabado los alegatos, el futuro de los responsables está escrito. Tanto Saint Ammant, como Bossie y Muñóz serán condenados. Algunos con más penas que otros. Pero lo hecho, hecho está. Solo falta la confirmación. Se hará justicia, casi 36 años después de aquella masacre. La Justicia es lenta, dicen, pero llega.
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      Manuel Gonçalves Granada junto a su hermanastro Manuel Gonçalves
      Manuel hoy vive en la periferia del Gran Buenos Aires. No vive en la vorágine de Capital Federal. Está tranquilo, contento, sabe que es el camino que hubieran querido que recorriera sus padres. Si bien no los conoció, el sinónimo de lucha lo lleva impreso. La búsqueda de verdad y justicia las tiene en el corazón, y sin su persistente indagación, junto a amigos que lo han ayudado a encontrar ese destino suyo.
      Luego de la muerte de la Abuela de Plaza de Mayo, Nélida Gómez de NavajasEstela de Carlotto le ofreció ocupar su lugar de revisora de cuentas. Él, como nieto recuperado nº 57, está visto como el futuro y continuación de actividades que iniciaron en la organización para seguir con la restitución de identidad de aquellos nietos que aún no han podido ser reconocidos y vagan, como él hasta aquel 1995, sin saber verdaderamente quienes son.
      La historia muestra distintos parámetros. Cada coyuntura establece un espacio y tiempo determinado que, en muchos casos, terminan por socavarse a medida que aparecen otros hechos relevantes. Han querido enterrar la historia reciente. Han buscado destruir documentos, y, con el argumento de no mirar para atrás el pasado, con muestra de concordancia y concertación, han permitido el olvido durante muchos tiempos. El trascender, lograr romper aquella ventana que impedía llegar a la verdad, la realidad, y no quedar conforme con un solo relato falaz. Los juicios por delitos de lesa humanidad, con esfuerzo y compromiso, han permitido que futuras generaciones a la Dictadura Militar, vean la cara de genocidas asesinos y para que aquella parte de la historia no quede impune y sin memoria. Porque, “un pueblo sin memoria, está condenado a repetir su pasado”.
      Pasos de la investigación
      Como lo había preestablecido en el proyecto de investigación entregado para realizar el trabajo final, mi primer objetivo fue ubicar al verdadero protagonista de esta historia, Manuel Gonçalves Granada. Diversos problemas surgieron en un primer momento porque no tenía su número de teléfono, y la única forma de ubicarlo era mediante la red social Facebook. Le envié algunos mensajes pero no obtenía respuesta alguna.
      De otra fuente pude conseguir el número de celular y el Facebook de su abogada patrocinante, Ana María Oberlín. Mi idea, desde un primer momento, fue realizar de modo similar lo mismo que había hecho con Manuel. Es decir, mandé un mensaje privado a su red, y ella me contestó de inmediato. Nuevamente me encontré con una respuesta que yo no buscaba. “Pipi”, como le dicen, me comentó que no estaba viviendo en Rosario, lugar del que es oriunda, sino en Buenos Aires, lo cual complicaba el traslado. Se me ocurrió hacerle una entrevista por teléfono, aunque la misma es muy tediosa y se pierden muchas cosas.
      Ubiqué a una compañera de ella, que trabaja en la Defensoría de San Nicolás, y, como sabía que desde esa localidad estaban llevando adelante, desde la Fiscalía General dirigida por Juan Patricio Murray, la investigación del caso, me pasó el contacto de la también Fiscal, Paula Moretti.
      Luego de contactarme con ella y arreglar una entrevista, recibí la respuesta de Manuel. Como las audiencias habían comenzado el 3 de Julio de 2012 y al trabajo de búsqueda lo inicié a mitad de ese mes, durante la feria judicial, las mismas se retomarían la primer semana de agosto luego del receso. Es así que Gonçalves Granada, me expresó su deseo de realizar la entrevista durante esa semana. Es de este modo que conseguí oír los relatos desde su propia boca
      Con respecto a los documentos, le pregunté a Manuel si había algún libro que retratara el hecho para indagar un poco más y buscar cuestiones que quedaran flotando en la entrevista. Me dijo que aún no ha salido ninguna publicación, aunque, durante el año 2004 la productora argentina 4 Cabezas, había difundido por televisión un documental llamado “Aparecidos: hijos del dolor, nietos de la esperanza”, aunque se me hizo imposible conseguirlo.
      Toda la información adyacente la fui consiguiendo a partir de entrevistas a Manuel, noticias sacadas del diario Página 12, donde han informado de manera continua el estado de los juicios por delitos de lesa humanidad, y las historias que circunscriben a estos. Además, el correlato histórico lo fui formando en base a libros leídos por mí que luego estarán escritos en la bibliografía final.

      Argumentación
      Ficciones verdaderas
      Durante toda su historia el periodismo ha tenido diversas características, se ha reconvertido permanentemente, ya sea, desde los aspectos técnicos, materiales y/u operativos. Pero, siempre ha mantenido un rasgo particular y peculiar: la manera de contar historias. El texto redactado para la materia Redacción II sobre la Masacre de Juan B. Justo mantiene parámetros firmes relacionados con este modo de relatar sucesos anteriores, en un tiempo y espacio concreto manteniendo siempre el rigor histórico que el escritor quiera imponerle.
      Estas cuestiones, estarán vinculadas ampliamente con las características pertinentes que impone Tomás Eloy Martínez referidas a la temática elegida. En los siguientes puntos, a su vez, trataré de dilucidar ciertas interrogaciones que me realizo constantemente, ¿de qué se tratan las ficciones verdaderas? ¿Cómo se relatan? Y, la más importante en mi opinión, ¿es el periodismo, con todas sus críticas a cuestas sobre la verosimilitud de los hechos que cuenta, el ámbito en el que es posible relatar este tipo de historias?
      Empiezo contestándome la primer pregunta. Las ficciones verdaderas, como bien responde su nombre, es, metódicamente hablando, la capacidad del escritor para redactar relatos que han ocurrido realmente y volcarlos hacia una situación conexa de diálogos y acciones para que su texto sea ameno, lineal y productivo en lo que corresponde tanto, a la línea histórica como a la originalidad dotada para llevar adelante su descripción. De este modo, es quien escribe el que debe hacer recortes de la realidad, indagar, investigar, para redactar todo aquello que crea conveniente para realizar su historia.
      Es por ello que, relacionando esta premisa con el texto sobre la Masacre de Juan B Justo, quien redacta el mismo, realiza ciertas apreciaciones sobre una “realidad”, que, si bien en algunos casos no la ha vivido, ha sido nutrida de diversas lecturas, búsquedas, averiguaciones, etc, que le han permitido hacer un juicio y volcarlo hacia su propia producción. En consecuencia, debe readaptar la historia a lo que ha consumido y volcarla fehacientemente al texto.
      Esta última apreciación, está íntimamente referida al modo en que Tomás Eloy Martínez analiza la cuestión sobre uno de los rasgos particulares de la ficción verdadera. Para el, el autor realiza cierto tipo de “complicidad” con el lector,   donde se realzan cuestiones ligadas a lo emocional y propias de la mismísima práctica profesional que imprime de “un pasado en donde el escribiente expone todos los sentimientos, modos de ser, rumores y culturas que ha recogido de su comunidad como un espejo con el cual el lector acabará identificándose porque las experiencias a las que alude el texto literario son reconocidas por el lector como propias o como el eco de algo propio”.
      Otra cuestión importante para continuar con la descripción de las ficciones verdaderas, se centra en su temporalidad. Por lo general, están inmersas dentro de la sensibilidad del lector, es decir, cuentan con un espacio y tiempo elegido, marcado, en muchos casos, por el propio interés que genera dentro de la opinión pública. Una ficción verdadera, es siempre un modo de relatar lo sucedido de forma verosímil y puede generar cierto entusiasmo en el lector saber lo que acontecido.
      Sobre lo relatado anteriormente, no debe dejarse de lado la cuestión coyuntural. Actualmente, los resabios de la Dictadura, sumado a los procesos judiciales por delitos de lesa humanidad y el desarrollo del juicio sobre la Masacre de Juan B Justo, ajustan un connato de situaciones expresas que pueden tener repercusión y visibilidad sobre lo ocurrido, sumándole a ello, diversos aspectos históricos para que el lector pueda acomodarse a la “realidad” antes vivida, o bien, rememorarla para tener una versión más acabada del trabajo de quien escribe sobre el tema.
      Quizás, en este caso, es el punto nodal donde entra en juego el llamado “nuevo periodismo”. El relato, la literalidad esbozada al texto y la investigación, forman un todo que se vincula estrictamente con la manera y los modos de contar una historia.
      Siguiendo con el mismo aspecto, y tomando nuevamente  a Martínez,  este explicita que “un determinado episodio de la realidad suscita en el narrador un inmediato interés, acaso no por el episodio en sí mismo, sino por toda la red de significaciones que desata”. Este argumento se manifiesta constantemente en las ficciones verdaderas, debido a que cada temática elegida lleva consigo un contexto determinado, plausible de efectos a futuro, como se dicta en el texto referido a la Masacre de Juan B. Justo.
      Por último, queda por analizar si es el periodismo el ámbito para contar este tipo de historias. Es claro mencionar, que, el rol del periodista en la sociedad continúa siendo muy importante y necesario dentro de la misma. La información, vista como una mera mercancía de empresarios inescrupulosos, ha socavado en el juicio público hacia los trabajadores de los medios de comunicación.
      Sin embargo, hay cosas que no quitan otras. Es desde la misma profesión, donde constantemente, día a día se cuentan historias, se relatan hechos acaecidos, y es ahí donde el periodista debe esbozar su capacidad técnica para coordinar recursos analíticos e historiográficos para producir y darle un contexto a su relato
      Creo que es viable una relación netamente estrecha en el quehacer periodístico con la capacidad de este para contar historias verdaderas. Es quizás, quien tiene mayores herramientas procedimentales para investigar, indagar y solventar estos instrumentos en la narración de relatos verídicos. Para contar una verdad, que, retomando nuevamente a Eloy Martínez, se “desplaza hacia  donde soplan los vientos de su inteligencia y de sus sentimientos”.
      Como expresé anteriormente, la manera de narrar, relatar los hechos sucedidos parten también desde el punto de vista del autor. La manera y la forma de relatar los hechos, son también circunstanciales en la mente del escriba. Saliendo un poco de la órbita de Eloy Martínez, y, yendo a los conceptos esgrimidos por Ellinor Ochs, se puede decir que la manera o la forma de narrar “anuda elementos circunstanciales como escenas, agentes, instrumentos, actos, propósitos en un esquema coherente que gira alrededor de un suceso excepcional y perturbador”.
      Esta cuestión, está ligada a los hechos ocurridos en la Masacre de Juan B Justo y relatados en los hechos, debido a que parten de un caso increíble, que ha tenido y tiene repercusiones sociales y afecta la sensibilidad de varios actores dentro del esquema descripto.
      El síndrome de sobrepeso informativo, la ligazón a un aparato periodístico que sobrepasa su capacidad de anoticiar hechos, ha tenido efectos nocivos en la interpretación neta sobre su rol, no solo de informar sobre los acontecimientos, sino también esa estela que lo caracterizaba de antemano y que tan bien amantes y baluartes del oficio, lo han desarrollado con pasión y esmero como, a nivel nacional Rodolfo Walsh y mundial, Rizards Kapuscinsk.
      En síntesis, explícitamente, estoy hablando de la exploración, averiguación, investigación, indagación de hechos, y la manera de contarlos de forma fehacientes y verídica, sin intereses difusos en beneficio de pocos sectores de la sociedad, sino comprometidos con que la emisión de noticias y demás herramientas periodísticas sean divulgadas con valor y predisposición social. Las ficciones verdaderas son parte de este mundo, es solo cuestión del propio profesional, el utilizar al máximo su capacidad de búsqueda y desarrollo de lo recogido y volcarlo al texto de forma coherente, eficaz y real.
      Links:
      Enlace al audio de la entrevista con Manuel Gonçalves Granada:
      Fuentes: